Saturday, 10 November 2012

Bali Baby


Let me open the door for you to the wonderful, unusual, fascinating world of the babies of Bali... 

In Bali a child is believed to be a reincarnation of his deceased ancestors and is thus looked upon as a god. Offerings are made during pregnancy to ensure the upcoming god’s well-being and after birth the placenta and the umbilical cord (representing the child’s spirit guardian brothers) are buried in the family compound. 

The smaller the child, the holier he is and the closer to heaven. Babies are not considered to be “human” until they are 210 days old at which time a ceremony is performed, along with the necessary offerings. Until then they are called Idewa (”god”). 

Balinese believe that anything below (including the ocean) carries negative connotations and is an evil matter. This conviction cause them not to permit children to crawl on all fours, and before a child is three months old he may not even touch the earth and is carried everywhere. 

Once babies turn 210 days old, they are named individually. The full name of every Balinese not only indicates his caste but also his sequence of birth in a family. That is to say, the first four children to be born are called Wayan, Nyoman, Made and Ketut.  After all these names are used up, the rotation starts all over again. Believe you me this was such a revelation for us… we finally solved the mystery of keeping on meeting “Wayans” and “Nyomans”… 

To make matters worse, the parents’ names change after the birth of each child. They instantly become called “Father or Mother of X”. Astonishingly, in Bali people are identified by their descendants rather than by their ancestors to reflect that time flows from the present to the future rather than from the past to the present. 

A child is never beaten as it is believed it will damage his tender soul or drive his soul from his body. He is not considered responsible for his actions because as they say “his mind is still undeveloped” and it is the god within him that acts through his body. At home there is no regular discipline and no pampering; the parents do not intimidate their child bur rather coax him into obedience as an equal. Nothing is hidden from children, they listen attentively to adult conversations and they know facts about which an adolescent in the West is totally ignorant. In line with this custom, babies are fed the Balinese peppery food as soon as they are weaned and will not touch food without spices. 

From the time the child can walk, he is left to himself and falls in the care of other children. Small girls know how to take care of babies with the same proficiency as their mothers and it is common to see babies carried on the hips of girls only slightly older. The sight of child crying is extremely rare. He learns early to be self-sufficient and is free to wander all over the village and to do as he pleases. Frequently the father more demonstrative than the mother and it is common to see a man with his child in his arms, taking him everywhere and talking to him as if he were a grown-up. A boy assists his father in the work at home and in the fields and cares for the cattle. Little girls learn from their mothers to cook, weave, thresh rice and make offerings. 

The independence and lack of pampering may explain the well-mannered seriousness and the self-sufficiency of these kids but if you are intrigued about the astonishingly well-behaved nature of Balinese children, I strongly recommend you to read The Continuum Concept by Jean Liedloff.  This researcher visited Bali in 1992 and compared her findings from the Yequana people (in Venezuela) with the Balinese customs. 

Source: I learned so much partly thanks to Island of Bali, by Miguel Covarrubias, a highly recommended work that depicts in depth Balinese customs and traditions.  

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Permitidme abriros la puerta al maravilloso, insólito y fascinante mundo de los bebés de Bali...

En Bali se cree que un bebé es la reencarnación de sus antepasados y por ello se considera divino. Durante el embarazo se realizan ofrendas para garantizar el bienestar del inminente dios y después del parto se entierran la placenta y el cordón umbilical (que representan los hermanos guardianes espirituales del bebé) en el jardín familiar. 

Cuanto más joven es el niño, más sagrado y cercano al cielo está. Los bebés no se consideran “humanos” hasta que tienen tres meses, momento en el que se realiza una ceremonia y sus correspondientes ofrendas. Hasta entonces se les llama Idewa (“dios”).

Los balineses creen que cualquier cosa que está abajo (incluyendo el océano) tiene connotaciones negativas y es maligna. Esta convicción es la razón por la que no dejan a los niños gatear a cuatro patas y los lleven en brazos a todos los sitios hasta que cumplen tres meses. 

Tan pronto como el niño cumple tres meses, se les pone un nombre individual. El nombre completo de los balineses no solo indica su casta sino también el orden en el que han nacido en su familia. Es decir, los primeros cuatro niños se llaman Wayan, Nyoman, Made y Ketut. Una vez se usan estos cuatro nombres, los repiten en ese orden  de nuevo. Creedme que esta explicación ha sido una revelación para nosotros… finalmente resolvimos el misterio de no parar de encontrarnos con “Wayans” y “Nyomans”… 

Para complicar todavía más las cosas, los nombres de los padres cambian tras el nacimiento de cada hijo. De inmediato se convierten en “el Padre o la Madre de X”. Sorprendentemente, la gente en Bali se identifica a partir de sus descendientes en lugar de sus antepasados para reflejar que el tiempo fluye desde el presente al futuro y no del pasado al presente. 

Nunca se golpea a los niños ya que se cree que esto dañaría su tierna alma o la alejaría de su cuerpo. No se los considera responsables de sus acciones porque se dice que “su mente todavía no está desarrollada” y es el dios que tienen dentro el que actúa a través de sus cuerpos. En casa no se sigue una disciplina regular ni se les mima; los padres no intimidan a sus hijos sino que más bien les convencen de igual a igual para que sean obedientes. No se les esconde nada, asisten a las conversaciones de los adultos y son conscientes de cosas que un adolescente occidental desconoce por completo. En coherencia con esta costumbre, a los bebes se les da comida picante balinesa tan pronto como dejan de mamar y no hay plato que tomen que no contenga especias y chili. 

Desde el momento en que el niño aprende a caminar, se le deja solo y son los otros niños los que se ocupan de él. Por todo Bali se pueden ver niñas que cuidan de bebes con la misma dedicación que sus madres y son habituales escenas de bebes llevados a las caderas de niñas poco mayores que ellos. Es extremadamente raro oír a un niño llorar en Bali. Enseguida aprenden a ser autosuficientes y son libres de vagar por todo el pueblo y hacer lo que quieren. Frecuentemente el padre se muestra más afectuoso que la madre y es corriente ver a un hombre con un niño en sus brazos, llevándolo a todos los sitios y hablándole como si fuera un adulto. Los niños ayudan a los padres en las tareas de la casa y de los campos y cuidan del ganado. Las niñas por su parte aprenden de sus madres a cocinar, tejer, trillar el arroz y preparar ofrendas. 

La seriedad y autosuficiencia de estos niños podría quizás deberse a su independencia y la falta de mimos que reciben pero si os intriga lo increíblemente bien que se portan los niños balineses, os recomiendo que leáis El concepto del continuum de Jean Liedloff. Esta escritora estuvo en Bali en 1992 y comparó sus hallazgos sobre la población Yequana (de Venezuela) con las costumbres balinesas. 

Fuente: le debo tanta información en parte a La Isla de Bali, de Miguel Covarrubias, una obra que os recomiendo y que describe en profundidad las costumbres y tradiciones de Bali.