Things could have turned sour and we may have failed badly as we knew nobody in Bali so not even friends or relatives could help us out to start spreading a good word about Cuca... However our humble strategy and very hard and long hours of work slowly started to pay themselves back.
It all started by Kevin himself in full uniform fishing for customers among the tourists at the nearby beach (“Come, I will cook for you!”). Once convinced, they would walk in, sit down and be in awe with our food. I guess it is not that hard to exceed low expectations :). Most of them would return the following night and then promise us to tell their friends back at home, write something nice about us on Internet or share their unexpected find with their fellow hotel guests.
It was shocking to start getting guests recommended by previous ones… It was working! Our strategy was working! Then the power of Internet multiplied exponentially the chain of recommendations and the word of mouth started to cross borders. Believe me, it is still truly magical to witness day by day and first hand this phenomenon.
While tourists came and left, we started to recognize faces that kept on coming, every time with different company to show new groups of friends their recent discovery. We know each other by name and they are now our regulars.
At the end of October the tourist season significantly slowed down and locals took over. Guests from Jakarta or Bali timidly walked in knowing exactly what to order. It seems they always watch out for reviews about new places and wait for the tourist wave to leave before trying them themselves.
We are now preparing ourselves for a new tourist peak season: our first Christmas. We don’t know exactly what is ahead of us but we are ready to embrace this new chapter with our eyes wide open, a well-laid table and a Cuca smile that will make you feel at home away from home.
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Nuestra estrategia de marketing desde la apertura de Cuca ha consistido en volcarnos en cada uno de nuestros clientes, recibirlos con los brazos abiertos y hacerles sentir mimados tanto por la comida como por nuestras sinceras sonrisas. Decidimos firmemente no anunciarnos en ningún sitio, primero porque tras acabar la construcción del restaurante nos quedamos sin un duro y segundo porque nuestra filosofía es que nadie se cree lo que dice un anuncio por el que se ha pagado. La gente cree lo que le dicen amigos o conocidos que han probado un lugar y lo recomiendan fervientemente.
El plan nos podía haber salido realmente mal porque cuando llegamos a Bali no conocíamos a nadie así que ni siquiera amigos o familiares podrían habernos echado una mano para correr la voz sobre Cuca… Sin embargo, nuestra humilde estrategia y muchas horas de duro trabajo empezaron a dar frutos.
Todo empezó con el propio Kevin en uniforme cazando clientes entre los turistas tumbados al sol en una playa cercana (“¡Venid y cocino para vosotros!”). Los convencidos venían a Cuca, se sentaban y alucinaban con nuestra comida. Claro que no es tan difícil superar expectativas tan bajas :). La mayoría de ellos volvía a Cuca al día siguiente y nos prometía que hablaría con sus amigos de vuelta en casa, o escribiría algo sobre nosotros en Internet o compartiría este inesperado descubrimiento con otros huéspedes en el hotel en el que se alojaban.
Al poco tiempo estábamos encantados de empezar a recibir clientes recomendados por otros que ya habían estado en Cuca… ¡funcionaba! ¡nuestra estrategia funcionaba! Y fue entonces cuando el poderoso Internet multiplicó exponencialmente la cadena de recomendaciones y el boca a boca comenzó a cruzar fronteras. Creedme, es realmente mágico presenciar este fenómeno día a día y de primera mano.
Mientras los turistas iban y venían, empezamos a reconocer caras que se repetían, cada vez acompañadas de amigos diferentes a los que traían para compartir su descubrimiento. Ahora sabemos sus nombres, ellos saben los nuestros y se han convertido en clientes habituales.
Al final de octubre la temporada turística disminuyó considerablemente y entonces los indonesios hicieron aparición. Clientes de Yakarta o Bali empezaron a aparecer tímidamente sabiendo exactamente qué pedir. Parece ser que los locales siempre están al tanto de las críticas sobre lugares nuevos y esperan a que la ola de turistas se vaya para más tarde pasarse ellos y probarlos por sí mismos.
Ahora nos estamos preparando para una nueva temporada turística: nuestras primeras Navidades. No sabemos exactamente qué nos espera pero estamos preparados para recibir este nuevo capitulo con los ojos abiertos, la mesa bien puesta y una sonrisa “Cuca” que os hará sentir en casa aún estando lejos de casa.