First fishmonger at 5am |
Waiting time |
Some fishmongers beat us there and were already displaying their fish from their evening’s catch but most took positions squatting and looking fixedly at the sea. The water was spattered with bobbing boats and we were wondering what would happen next as none of the boats seemed to be approaching us.
Boats at Jimbaran Bay |
Innocent looking children wandering around :) |
Our cameraman filming the women carrying the fish |
When the commotion died down, we looked at our watch. It was already 9am! We had spent the last 5 hours captivated by a glimpse at the everyday lives of the fishermen at Jimbaran Bay.
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Nuestra mañana ayer fue de lo más inusual…
Nos levantamos a las 3.30 de la madrugada para ser de los primeros en dar la bienvenida al pescado en la Bahía de Jimbaran. Al acercarnos a la costa todo parecía muy tranquilo pero en la oscuridad se empezaron a oír “Selamat pagi!” (“buenos días”) que revelaban la presencia de los pescadores que ya estaban esperando. Se entretenían tomando un café (super “manis”… ¡muy, muy dulce!) y charlando así que nos sentamos con ellos y un poco más tarde les seguimos hacia la playa.
Algunos pescadores se nos habían adelantado y ya estaban vendiendo pescado de la noche anterior pero la mayoría se sentó en cuclillas mirando fijamente al mar. El agua estaba salpicada de barcos flotando sin rumbo y nos preguntamos qué iba a pasar ya que ninguno de ellos parecía aproximarse a la orilla...
Después de una hora, cuando ya había amanecido completamente, los pescadores recobraron su actividad y empezaron a juntar cestas vacías que después cargaron en pequeños barcos de madera. Los hombres saltaron a los barcos y se adentraron en el mar y las mujeres se quedaron en la orilla. La quietud volvió a la playa durante un buen rato y ya nos estábamos impacientando cuando de pronto toda la playa se agitó con actividad. Los pequeños barcos estaban regresando y las mujeres y los niños empezaron a correr hacia el agua. Como no queríamos perdernos lo que quiera que fuera a pasar, los imitamos y observamos desde una perspectiva privilegiada lo que estaba pasando: los pescadores descargaban las cestas llenas de pescado fresco sobre las cabezas de las mujeres mientras los niños arrebataban furtivamente pequeños pescados de las canastas ignorando las reprimendas de los adultos y escondiendo su botín en bolsas de plástico.
Esta escena se repitió cada vez que alguno de los barcos llegó a la orilla durante las siguientes dos horas, siempre con la misma agitación. Poco a poco la playa se llenó de cestas de pescado y entonces emergió una actividad igualmente misteriosa… algunas personas empezaron a tocar y comprobar el pescado gritando precios mientras otros tomaban notas. Aunque la escena era fascinante, nos dimos cuenta de que los niños mientras tanto habían organizado su pequeña subasta y estaban vendiendo el pescado que les habían arrebatado a los adultos.
Cuando se apaciguó tanto alboroto, miramos el reloj. ¡Ya eran las 9 de la mañana! Habíamos pasado las últimas 5 horas cautivados por la rutina diaria de los pescadores en la Bahía de Jimbaran.